Hola a
todos.
Otra ola
polar ha llegado y a algunos nos hace recordar, viejas novelas ambientadas en
lugares inhóspitos, pero sobre todo fríos, aunque la idea que le vino a la
cabeza a nuestro escritor es un poco… ¿extremo?
Hoy les
vengo a hablar de La isla del oso de Alistair MacLean.
Si no
les suena el nombre de su autor, quizás sea porque está un poco olvidado aunque
de su pluma pudimos disfrutar títulos que luego se convirtieron en películas
exitosas, como Estación Polar Cebra, o Donde las águilas se atreven, también
conocido como el Desafío de las águilas, o Los Cañones de Navarone.
Me gusta
hablar un poco sobre la vida de muchos escritores para recordar como sus vidas
los formaron para convertirse años después en escritores. MacLean por ejemplo,
participó en la Segunda Guerra Mundial, como marinero en la Royal Navy con los
rangos de Ordinary Seaman, Able Seaman, y Leading Torpedo
Operator, que sería marinero ordinario, marinero hábil y operador líder de
torpedos y estuvo al menos en varios escenarios de combate como el Mar del
Norte, el Mediterráneo y en el Pacífico, en la guerra contra Japón.
La
guerra terminó un día y entró en la universidad. Mientras estudiaba decidió
escribir algunas historias cortas para ganarse unos chelines. Ganó un torneo
con una historia corta: Dileas, ambientada en sus experiencias de mar. Una
editorial se interesó en él y le pidió una novela HMS Ulysses, con la ayuda de
su hermano que había alcanzado el grado de master mariner. La novela tuvo mucho
éxito y desde entonces el muchacho pudo dedicarse a escribir… a toda máquina…
Perdón, no es un chiste involuntario.
Bien,
con esta modesta introducción ya podemos hablar de La isla del oso.
Aquí
MacLean nos presenta a barco, el Mornig Rose que navega hacia esta isla. Lleva
a un equipo cinematográfico destinado a filmar una película que es secreta casi
al extremo. Parece que ninguno de sus miembros sabe la verdadera naturaleza de
lo que están a punto de filmar.
Hay que
mencionar que aquella isla inhóspita era un nido de submarinos nazis que
atacaban los convoyes que navegaban hacia Murmansk, por eso se la conocía como
el cementerio del Ártico.
Y
comienzan las muertes… Extrañas, inesperadas, pero sobre todo, como si la muerte
eligiera a sus víctimas. Sobra decir, que estamos ante la presencia de un
asesino y aquella isla es un lugar de dónde es muy dificil escapar…
Mi iteraccion
con el señor MacLean no fue la ideal. Me refiero a que por esa curiosidad
innata descubrí, que tal película estaba basada en su obra y me llevó a tenerlo
entre mi lista de pendientes para leer.
También
mi relación con La isla del oso no fue la mejor. Un día remoto, de esos en
los que mi familia recordaba que existíamos, nos llevaron, al autocine y
proyectaban dos películas, una de ellas, ésta. Para los más jóvenes, el
autocine era un lugar donde tú ibas con tu automóvil, te estacionabas en un
lugar enorme y te proyectaban una película en una pantalla descomunal. Fue
decayendo por las sucesivas crisis económicas y las nuevas formas de consumir
contenido, como la televisión por cable con sus 80 y tantos canales, y los
desarrollos tecnológicos como los reproductores hogareños de películas en
videocasetes fueron cavando de a poco la tumba del autocine. En su memoria,
digo que creo que el mapping, o el proyectar imágenes contra fachadas de
edificios en eventos públicos, es una forma de nostalgia, del viejo autocine.
Era muy
chico y apenas recuerdo la película y mucho menos su título, pero una escena me
quedó gravada en la mente. Cuando ya existió este oráculo llamado Internet,
busqué películas con la descripción de esa escena y ¡ualá!… apareció la información, pero con otro nombre.
La adaptación cinematográfica se había llevado a cabo con el nombre de Operación
Isla del oso y en el poster, estaban nombres notables del cine, como Christopher Lee, Richard Widmark, y un gran actor
del cual, ya hemos hablado en este blog, Donald Sutherland entre otros.
La historia
aquí cambia: aquí, la Isla del oso ha sido declarada como zona de exclusión por
parte de la OTAN, y solo se puede pisar la isla si es con fines científicos. Un
hombre de ciencia decide encabezar una expedición para observar los efectos de
ciertas acciones humanas en los glaciares. Debo señalar que hay un cementerio
de hombres que lucharon en la Segunda Guerra que da bastante…
No les
cuento más de la historia por si quieren ver la película. Hay buenos que no son
tan buenos, una gran intriga que se va descubriendo de a poco y personajes, que
van mostrando de a poco lo que son…
Dicen
que fue un fracaso de taquilla… Puede ser… Pero tiene su… brillo diferente. Sus
momentos intensos como cuando son perseguidos por los malos en aerodeslizadores
o como cuando el protagonista encuentra el cadáver de su padre, que había sido
asesinado… hace más de 40 años…
¿Una
curiosidad más sobre la literatura de este hombre? MacLean escribió en un
tiempo con seudónimo, Ian Stuart, para
ver si sus obras eran buenas o la gente solo compraba sus novelas por su nombre
y no lo supo hacer bien; es decir, no cambio su estilo y el público lo reconoció,
más temprano… que tarde.
También
dijo una vez que no entendía muy bien el inglés, recordemos que él era escocés,
aunque figure en muchos sitios como escritor británico y que solo había escrito
novelas porque se le daba bien. Una especie de genio, que no sabe muy bien, cómo
ni por qué lo hace…
¿Qué
piensas de este autor lector incansable? ¿Tuviste un acercamiento a sus obras
como yo? Déjenmelo saber en los comentarios.
Si este
post les gustó, le comento que subo contenido similar, Dios mediante, todos los
jueves. Bendiciones y a disfrutar del sol en el patio…
Hola Señor de los Jueves...muy completa tu introducción a la Biografía literaria de MacLean...
ResponderEliminarMe encanta que tu memoria nos traslade al recordado autocine...
No develar puntos claves del film, para los que no la vimos...es una delicadeza...
Me recordó cierto paralelismo con una de las películas de King Kong...
Muy agradable tu amena presentación...
Espero me sorprendas el próximo jueves...Señor Jueves