Hola a todos. Primero, gracias por pasarse por aquí para leer lo que un humilde servidor tiene que decirles.

Mi post anterior hablaba de los clásicos, tantos hermosos recuerdos leyendo a hombres y mujeres que dejaron de ser tales, para convertirse en leyendas y bronce.

Hoy les quiero hablar de un hombre de letras y de armas tomar o llevar… un escritor al que solo le bastaba cerrar un poco los ojos para recrear las crudas escenas de una batalla… porque… había estado allí.

Me refiero a Ambrose Bierce.

 Leí su nombre por ahí, de verdad no recuerdo dónde, si en un suplemento cultural, de esos que solían venir con los diarios o en una web sobre literatura, pero la próxima vez que fui al centro de la ciudad, me hice un tiempo para buscar su nombre en una librería de viejo que además contaba con una sección de libros nuevos y allí estaba: El puente sobre el río del Búho.

Casi todos los cuentos tenían el inicio lento, muy propio de autores del siglo XIX y conforme avanzaba la trama iba cobrando tensión.

Pero… no tenían desperdicio alguno.

En la introducción del libro estaba su biografía con algunos datos como el de haber participado en varias batallas de la guerra civil que enfrentó a los estados del Norte con los del Sur y había sido herido en batalla. También decía algo que me dejó shockeado: Bierce abandonó su vida en los Estados Unidos, donde además, de ser un hombre maduro, era un escritor consagrado, cruzó el río Grande y se unió al ejército de Pancho Villa y su rastro de vida se perdió en medio de la agitación de aquellos años violentos de la Revolución Mexicana.

Carlos Fuentes le hizo un gran homenaje en su novela Gringo viejo, llevada a la pantalla grande por el director Luis Puenzo con Jane Fonda y Gregory Peck entre otros.

Perdón. Como amante también del buen cine, no pude resistirme ante los cantos de sirena ni a las luces de Hollywood.

Volvamos a sus cuentos.

La forma en la que relata los combates de la Guerra Civil en la que fue herido, o las vueltas de tuerca de algunos de sus cuentos, me quedarán grabados casi a fuego.

Aquí el Bierce en los tiempos de guerra.

 

 

 

En uno de ellos, un hombre vela en el más absoluto silencio a su mujer muerta sobre una rústica mesa. El cansancio lo vence y termina durmiéndose un tiempo indefinido. Se despierta y toma conciencia de que, no solo se ha hecho de noche, sino que también, una fiera salvaje se ha colado en la casa, siguiendo el olor del cadáver. Logra tomar un arma y le dispara a la fiera. Cuando logra acercarse hasta una lámpara y encenderla nota que el cadáver tiene una oreja de la fiera entre sus dientes…

Estoy recordando de memoria. Me urge escribir y prefiero buscar en el polvoriento desván de mi memoria. Ese recuerdo grabado a fuego con las palabras que solo los maestros de las palabras saben usar como un cincel…

Los que tuvieron la fortuna de conocerlo y lo reconocieron como un gringo más, es decir un estadounidense de los tantos que cruzaban la frontera en busca de aventuras, jaleo o la fortuna que se puede hacer con las guerras, sin reconocerlo como un hombre destacado de las letras dijeron que Ambrose Bierce fue fusilado junto a un grupo de hombres y sus restos arrojados a una fosa común…

La película de Puenzo nos muestra que un líder revolucionario lo mató por la espalda en un extraño arrebato de odio, porque Bierce decide quemar unos documentos muy valiosos para este hombre, en una desesperada carrera por devolverlo a la realidad y evitarle entre otras cosas, un posible motín de sus tropas o un consejo de guerra y una posterior visita al paredón de fusilamiento. Lo que finalmente ocurre…

 

Les dejo el enlace a la ficha de Wikipedia si quieren darle un vistazo.

 

https: //es.wikipedia.org > wiki > Gringo_viejo_(película)

¿Ya vieron la imagen con la que empiezo el post? Bueno, aquí está la reconstrucción que un grande del cine, el señor Gregory Peck hizo de él, junto a la señora Jane Fonda.



Aquí junto al hombre que terminará matándolo, el general Arroyo.




¿Qué les ha parecido mi semblanza de un escritor prácticamente olvidado?

No dejen de compartir, y si lo prefieren dejarme un comentario. Si no lo hacen, puedo ponerme bélico…

Así…



Les voy adelantando que habrá otro post con más comentarios sobre sus cuentos, porque además es un escritor que merece mucho más que unas simples palabras de este humilde servidor…

¿Los espero la semana que viene, lectores incansables? 












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